Hoy en día existen infinidad de rutas y marchas en bicicleta e incluso, para los más aventureros y mejor preparados están las grandes travesías en bicicleta como puede ser la vuelta al mundo, algo que solo lo llegan a completar aquellas personas que tengan una mejor preparación, espíritu aventurero y estén preparadas para poder afrontar cualquier situación que pueda presentarse en su ruta.
Esto puede parecer algo moderno pero cuando hablamos de dar la vuelta al mundo en bicicleta hay que remontarse a su pionero, Thomas Stevens, quien en el año 1884, sin las bicicletas ni los adelantos que hay hoy en día, realizó esta gesta, coronándose como la primera persona en hacerlo, siendo el pionero de lo que hoy se conoce como cicloturismo.
Su salida la hizo desde San Francisco, en el estado de California, en dirección a Sacramento, atravesando las montañas de Sierra Nevada para ir en dirección a los estados de Nevada, Utah, Wyoming y todos los estados del centro y norte de Estados Unidos hasta llegar a Boston, utilizando senderos, caminos y vías férreas para conseguirlo, realizando así el primer viaje transcontinental.
Después de aquello llegó a Europa y tuvo que trabajar para conseguir una mejor bicicleta. Recordemos que la que llevaba era una bicicleta clásica con una rueda enorme en el frontal y otra más pequeña en la parte trasera. Durante su estancia en Europa estuvo estudiando cómo sería el viaje por Asia hasta que al fin pudo ponerse en marcha.
Viajó por Anatolia, Armenia, Kurdistán, Irák e Irán, donde fue invitado especial del Shah de Persia para pasar todo el invierno, viajó hasta Afganistán donde fue expulsado pors las autoridades, viajó en barco hasta la India donde recorrió el país entero hasta Calcuta donde embarcó hasta Hong Kong ara seguir pedaleando y finalmente tomaría otro barco hasta llegar a Japón, para recorrerlo y llegar hasta la ciudad de Yokohama, donde retornaría a San Francisco en 1886, habiendo hecho 21.700 kilómetros.