El verano es el momento ideal para disfrutar de rutas en bicicleta de montaña, tanto en solitario como en compañía, pero tanto antes como después debemos hacer una serie de cosas para comenzar y finalizar de la mejor forma posible.
Lo primero que hay que hacer antes de la salida es revisar que la bicicleta esté en buen estado, cadena, frenos, holgura del manillar, ruedas, cambios, etc. Si se puede, también debe revisarse que las ruedas tengan una presión correcta.
Antes de salir, también hay que llevar con nosotros un pequeño kit de herramientas para solventar alguna avería. En el mercado hay juegos de llaves Allen, destornilladores, tronchacadenas y todo lo necesario para arreglar averías sencillas. Para arreglar los pinchazos nunca está de más llevar parches, pegamento especial y una cámara de repuesto si es posible.
Cuando lleguemos a casa es importante limpiar la bicicleta, eliminando el barro y el polvo que seguramente se hayan acumulado en toda la bicicleta, especialmente en aquellas de más difícil acceso. Con un paño húmedo o una esponja podremos dejarla en perfectas condiciones.
Si el barro es demasiado, nunca está de más echarle agua con una manguera, siempre que no sea agua a presión. De esta forma se puede eliminar mejor el barro que haya podido quedar incrustado en las ruedas, radios, cadena, cambios, piñones, etc.
Después la secaremos bien y aplicaremos un poco de aceite tanto a la cadena como a los piñones; de esta forma la dejaremos preparada para una próxima salida.
Tampoco debes olvidarte de realizar estiramientos después del esfuerzo físico. Al contrario de lo que muchas personas hacen que solo los llevan a cabo antes, lo más recomendable es hacerlo después de hacer la ruta. De esta forma estaremos contribuyendo a reducir las posibles lesiones, agujetas o el cansancio muscular.