Cuando vamos a hacer una ruta en bicicleta, como puede ser la del Camino de Santiago, sabemos que debemos transportar nuestros objetos personales así como herramientas, prendas de recambio, bebida y muchos otros productos.
Si todo lo cargamos en la mochila, nuestra espalda tendrá que hacer un esfuerzo extra además de que no tendremos un buen equilibrio sobre la bicicleta cuando circulemos por terrenos irregulares.
Alforjas para bicicleta, nuestras mejores compañeras
Para poder distribuir correctamente el peso, debemos adquirir unas alforjas, las cuales podemos colocar en la parte frontal, en el cuadro o sobre el trasportín en la parte trasera de la bicicleta.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de elegir las alforjas?
Un aspecto de importancia son los compartimentos que deben tener. Con una buena distribución tendremos todo nuestro material perfectamente organizado y lo encontraremos todo sin necesidad de estar revolviendo toda la bolsa.
Debemos buscar aquellas que estén fabricadas con un material sintético de calidad que ofrezca una buena resistencia y durabilidad, pero sobre todo que sean impermeables, para evitar que si llueve el agua pueda traspasar al interior y mojar lo que podamos tener guardado en ellas.
Además de ser impermeables deben ser estancas, es decir que aunque caigan las alforjas al agua ésta no entre al interior, ni tampoco por la cremallera, con lo que mantendremos a buen recaudo todo lo que llevemos en su interior.
Otro punto que debemos tener presente a la hora de adquirir unas alforjas es su mecanismo de enganche a la bicicleta, especialmente al trasportín, para asegurarnos de que no se van a mover en ningún momento de nuestra ruta.
Por último, hay que recordar que no debemos sobrepasarnos en lo que metamos en el interior; debemos equilibrar el peso para poder rodar con mayor comodidad y sin desequilibrios.