La cadena es uno de los elementos más importantes de la bicicleta y al igual que el resto de componentes, debemos mantenerla siempre en el mejor estado posible. Por ello, después de cada salida, si está demasiado sucia, siempre es recomendable limpiarla, sobre todo si llega con barro.

Lo que recomiendan los expertos es limpiar la cadena en profundidad cada 1.500 kilómetros aproximadamente y también debemos fijarnos cuál es su vida útil, algo que nos lo podrá decir el fabricante o nuestro mecánico de bicicletas.

Para una buena limpieza de la cadena necesitaremos, un cepillo de cerdas duras, agua, un paño de algodón (de los que no dejan pelusa), jabón, aceite para engrasar maquinaria o específico para cadenas de bicicleta y una vaporeta.

Cómo limpiar la cadena paso a paso

Lo primero que hay que hacer es mojar la cadena para que se humedezca la suciedad para que podamos retirarla de una manera más fácil. Lo mejor es el uso de una vaporeta dado que la presión del vapor hará que la suciedad más adherida se retire por completo.

En caso contrario podemos utilizar un cepillo de cerdas duras para ir eliminando la suciedad, haciendo hincapié en los huecos, para dejar la cadena completamente limpia. Tras dejarla libre de suciedad tendremos que secarla muy bien y si utilizamos un trapo, debemos asegurarnos de que no suelte pelusillas que puedan atraer la suciedad.

Este es un paso muy importante y en el que debemos esforzarnos al máximo para que la cadena quede completamente seca. Una vez la hayamos secado podremos aprovechar para aplicar el aceite, bien sea mediante unas gotas o en spray.

Si lo hacemos echando gotas, lo recomendable es echar una en cada bulón de la cadena y si se hace con spray, podremos acabar rápidamente, cubriendo bien la cadena y también los cambios.