Hacer el Camino de Santiago en bicicleta puede convertirse en una fantástica experiencia que todo aquel que lo desee debería proponérselo en alguna ocasión. En esta entrada vamos a darte tres consejos de gran importancia para que disfrutes de esta ruta al máximo.
El camino a seguir
Algo que no se debe dejar al azar es elegir la ruta a realizar y en este aspecto hay muchas opciones que seguramente se podrán adaptar a nuestra forma física o al sentido de la aventura que tengamos.
Se puede hacer el Camino Francés, el Aragonés, el Primitivo, Vasco, del Norte, Vïa de la Plata, el Sanabrés, el Baztanés o el Portugués entre muchos otros, por tanto, primer punto que se debe tener en cuenta.
La elección de la bicicleta
Es otro de los puntos que se deben tener muy presentes en esta ruta y hay que saber que al menos se harán unos 200 o 300 kilómetros en varias etapas, por lo que debe ser una bicicleta cómoda, como puede ser una bicicleta híbrida, dado que aúna lo mejor de las bicicletas de carretera y las de montaña.
Si tenemos una bicicleta de determinada clase, podemos elegir la etapa que más se adapte a nuestra bicicleta.
El estado físico
Este es uno de los aspectos indispensables para ponerse en marcha y realizar una, dos o todas las etapas que queramos. Por ello, si no estamos muy en forma, es muy recomendable que unas semanas antes vayamos cogiendo un poco de fondo y realizando rutas similares a las que vamos a hacer, de esta forma no nos quedaremos colgados en la primera etapa.
Recuerda, éstos pueden parecerte tres consejos demasiado básicos pero son los que más debes tener en cuenta antes de lanzarte a la ruta tan especial como es el Camino de Santiago en bicicleta.