El Camino

El Camino

El Camino de Santiago es una ruta que recorren los peregrinos procedentes de toda España y de toda Europa para llegar a la ciudad de Santiago de Compostela, donde se veneran las reliquias del apóstol Santiago el Mayor. Durante toda laEdad Media fue muy concurrido, después fue ligeramente olvidado y en la época actual ha vuelto a tomar un gran auge. El Camino de Santiago ha sido declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad; Itinerario Cultural Europeo por el Consejo de Europa y ha recibido el título honorífico de Calle mayor de Europa.

catedral de Santiago

Inicios históricos del Camino

Los orígenes del culto a Santiago en la Hispania romana son desconocidos, pero parece ser que en el año 828 se encontraron reliquias atribuidas al apóstol. Al final del siglo IX se extiende por la Europa cristiana. En el siglo XI el número de peregrinos aumentó considerablemente gracias a contactos culturales entre las naciones europeas.

Alfonso II rey de Asturias, mandó construir una iglesia en el lugar que, según cuenta la leyenda, reposan los restos del apóstol Santiago. A partir del siglo XI, esta iglesia se convirtió en uno de los principales centros de peregrinación la Cristiandad y dio origen al Camino de Santiago. Por esta vía se expandieron en la Península los nuevos estilos arquitectónicos que triunfaron en Europa.

Inicio de la Peregrinación

Aproximadamente a partir de 813 con el hallazgo de las reliquias del apóstol y con el beneplácito deCarlomagno, que quería defender sus fronteras de invasiones árabes, Compostela se convertirá progresivamente en un centro de peregrinaje que recibirá su impulso definitivo durante la primera mitad delsiglo XII. Muy pronto, la noticia se extiende por toda la Europacristiana y los peregrinos comienzan a llegar al lugar del sepulcro, el denominado Campus Stellae, que degenerará en el término Compostela.

Menéndez Pidal opinaba que en cierto sentido se puede considerar al caudillo musulmán Almanzor como el gran revitalizador del Camino y quien provocó su fama internacional.[cita requerida] En efecto, los repetidos ataques de Almanzor sobre los reinos cristianos españoles llegaron a inquietar a los monjes de la abadía benedictina de Cluny, en aquel momento el más importante centro del cristianismo europeo. Religiosos vinculados a Cluny elaborarán el Códice calixtino y la Historia compostelana y los reyes españoles favorecerán en todo lo posible la constitución y proyección de una red de monasterios cluniacenses en el norte de España y singularmente alrededor del Camino. Esa política está íntimamente relacionada con el deseo de los monarcas españoles de romper con su aislamiento respecto de la Cristiandad mediante lazos dinásticos, culturales y religiosos.

Muchos de los primeros peregrinos procedían de regiones de Europa pioneras en la aportación de novedades musicales. Partiendo algunos del norte y otros de zonas más céntricas de Francia, habían pasado por lugares de culto, como Chartres y Tours. Allí pudieron escuchar las melodías que todo el Occidente cristiano consideraba el verdadero legado del papa Gregorio. Poco importaba que aquellos que venían del norte de Italia y que habían tenido que cruzar los Alpes yPirineos les dijeran que en su lugar de origen el rito litúrgico era más antiguo y venerable que ése al que ellos llamaban romano.

cuncha_camino

Tampoco importaba mucho que una vez adentrados en territorio hispánico, y reunidos los peregrinos de distintas procedencias en torno a un mismo Camino, hicieran un alto en algún monasterio riojano y allí se les hablase, no sin nostalgia, de una liturgia que no hacía mucho era el elemento unificador frente a las huestes de Alah que desde hacía siglos ocupaban buena parte del solar hispano.

En esos monasterios riojanos y castellanos aún se miraría con recelo a aquellos caminantes que se dirigían a Campus Stellae. Precisamente siguiendo esa ruta había entrado el principal enemigo del rito hispano. Por la ruta jacobea se fueron contaminando las antiguas ceremonias y costumbres para que aquellos que venían de regiones remotas pudieran entender algo del culto que escuchaban. Tanto es así, que ante los deseos unificadores de Alfonso VI, se abolió el rito autóctono en beneficio de la liturgia llamada romana.