Todos lo sabemos, el deporte del ciclismo es una disciplina muy dura y para poder rendir al máximo no solo hay que tener una buena preparación física o una buena bicicleta, también hay que tener en cuenta una buena alimentación y sobre todo, una perfecta hidratación, sobre todo cuando se está haciendo una ruta.

Cuando se habla de buena hidratación sobre la bicicleta no nos referimos a beber mucho antes de la prueba, no valdrá de nada porque seguramente, si la ruta es larga, llegaremos deshidratados. La clave es la dosificación, tanto antes, durante como después.

Debemos tener en cuenta los electrolitos, minerales que influyen en nuestro rendimiento. Potasio, cloro, magnesio, calcio, bicarbonato y sodio, siendo este último el más importante. Las bebidas deportivas son muy recomendables porque nos ayudan a recuperar estos minerales que vamos perdiendo con el sudor, lo que hará que nuestro rendimiento pueda bajar considerablemente.

¿Cuánto debemos beber?

La temperatura influye en los requerimientos de cada ciclista y si hace frío los expertos aseguran que lo más recomendable es un mínimo de 400 mililitros y en caso de situaciones de calor entre 600 y 800 mililitros por hora, aproximadamente un botellín cada hora.

En caso de que se vaya a hacer una ruta o una carrera de cierta exigencia y en una situación de calor, lo más recomendable es tomar aproximadamente medio litro de bebida deportiva una hora antes de la salida de la prueba.

En una ruta o carrera hay que tener bien definidos cuáles son los lugares donde podemos parar a repostar agua y cuando finalicemos el evento no debemos pensar que ya está todo hecho dado que tendremos que seguir hidratándonos correctamente.

Lo que conseguiremos con la hidratación es compensar así las pérdidas que se han tenido durante la carrera. En este caso, una buena opción es la de consumir bebidas deportivas que cuenten con hidratos de carbono y también electrolitos para poder acelerar la recuperación después de nuestro desempeño con la bicicleta.